En el ecuador de marzo y con la mente puesta en la primavera, las plantas y árboles frutales dominarán tu espacio verde con color y alegría. El poder decorativo, el colorido de sus frutos y la presencia con abundante follaje en otoño hace de estos árboles y plantas especies idóneas para plantar en primavera, además y, por si fuera poco, ofrecen frutos frescos la mayor parte del año, evitando así que los adquiramos a terceros desconociendo cómo han crecido y qué sustratos han sido usados para su maduración.
A pesar de que habitualmente se cree que los frutales han de habitar en jardines o grandes espacios, su rica gama en variedades consigue que se adapten a espacios limitados como terrazas o balcones y siguen dando frutos igualmente suculentos.
¿Es ahora el momento de plantar frutales? Sí, lo es, las últimas heladas del invierno son el punto de partida para darles vida. Si posees un jardín en el que planeas llenar de frutales debe haber una separación de al menos cuatro metros entre cada uno para facilitar su mantenimiento, crecimiento y cosecha. Un dato importante es que durante el primer año el riego ha de ser de manera abundante impidiendo la ausencia de agua, además en primavera deberás alimentarlos con un abono equilibrado y en invierno añadir estiércol y proceder a la poda.
El agotamiento de la fructificación es un factor a tener en cuenta con las plantas y árboles frutales ya que los primeros años de vida suelen dar muchos frutos, lo mejor es aligerar esa cantidad porque sino se corre el peligro de que no vuelva a dar más productos.
Si más allá de la decoración y el colorido aportado al jardín, el objetivo es que las cosechas sean abundantes, tienes que conocer un aspecto imprescindible para le correcto desarrollo de los frutales: la autofertilidad. Si la especie elegida no lo es, deberás cuidar de abejas o pájaros que consigan polinizar a tus plantas o árboles. Son, por ejemplo, autofértiles los melocotoneros, nectarinas y albaricoqueros. Y no lo son, aunque tienen una variedad autofértiles, los perales, manzanos, ciruelos y cerezos, entre otros.
Con esta pequeña guía y consultando a los profesionales de tu vivero de confianza la especie que mejor funcione con la orientación y el tipo de suelo que poseas, conseguirás un espacio verde rico en frutos y color.