Las fuertes lluvias y tormentas ocasionadas en los últimos días además de provocar problemas graves afectan de forma directa a nuestros jardines, huertos y plantas de exterior. Por ello y para conseguir que sobrevivan a la tempestad debemos tomar algunas medidas relacionadas con nuestras plantas.
Antes o durante las lluvias, sólo si nos es posible, sería recomendable resguardar las macetas de menor peso en el interior o bajo un porche. Sino, a posteriori deberemos comprobar los daños que han causado las lluvias para remediar los posibles problemas. Para empezar palpa u observa el estado del tallo y las hojas, si están rotos con mucha probabilidad la planta no dure mucho, aún así no está de más dejarla un par de días por si los daños no son muy graves y tiene capacidad para recuperarse.
El drenaje del agua acumulada es uno de los puntos clave si el suelo de nuestro jardín se ha visto anegado. Las plantas son sensibles en estas situaciones por el alto nivel de agua y porque si andamos en el diámetro de éstas puede causar una compactación del suelo que afecte después al desarrollo de las raíces. Sucede también que un mal drenaje o falta de éste hará que las plantas acaben pudriéndose. El exceso de agua ha de ser evacuado bien con una cama de rocas o redirigiéndolo a salidas naturales o artificiales si no queremos que se produzca asfixia radicular o pudrición de las raíces. Recuerda que ese agua de lluvia ha arrastrado nutrientes de la tierra, así que puedes reutilizarla para regar otras plantas no expuestas a la lluvia.
Ante la humedad y el frío, las bacterias y hongos crecen con una rapidez abrumadora, por eso en cuanto distingamos alguna enfermedad lo mejor es acudir a nuestro vivero de confianza para que nos indiquen qué fungicida utilizar. Además de enfermedades indeseables también suelen aparecer malas hierbas que brotan con muchas facilidad y que pueden contenerse con paja u otro tipo de cobertura vegetal.
Como decíamos con anterioridad, las aguas torrenciales se llevan los minerales y nutrientes del sustrato que alimenta nuestras plantas empobreciéndolo. Así, debemos reponerlos con fertilizantes de diferentes tipos según la especie.